jueves, 16 de abril de 2009

¿Soy una buena tierra?


Estos son los que fueron sembrados en buena tierra:los que oyen la palabra y la reciben,y dan fruto a treinta, a sesenta, y a ciento por uno.
Marcos 4:20.

La parábola del sembrador y los cuatro terrenos es una de las más conocidas del Evangelio. El sembrador representa al Señor Jesús, quien difunde el Evangelio, la Palabra de Dios. ¿A qué terreno se puede comparar nuestro corazón?

Quizás analizarnos sea desagradable, sin embargo es muy útil, porque debemos darnos cuenta del riesgo que corremos si nos engañamos al escuchar el Evangelio.

El primer terreno es un camino en el que no subsiste nada de lo que se sembró. Es el rechazo a escuchar el mensaje de la Biblia.

El segundo terreno es pedregoso. Se siente gozo al oír el Evangelio pero éste no llega a penetrar en el corazón y por ello su influencia desaparece pronto.

El tercer terreno está lleno de maleza. La enseñanza de la Escritura es reccibida con interés, pero las múltiples ocupaciones de la vida impiden que la Palabra de Dios haga su obra en nosotros y nos transforme.

Sólo el cuarto terreno es fértil. Ha sido limpiado y arado. La simiente del Evangelio penetra en él, toma raíz y crece hasta la madurez.

Entonces tengo que preguntarme: ¿Soy una buena tierra? ¿El Evangelio obra y fructifica en mí? Si verdaderamente he recibido la Palabra, la mies lo mostrará. A su debido tiempo Dios lo manifestará, para su gloria, y me hará partícipe de su propio gozo.

Al terminar de contar esta parábola, el Señor Jesús agregó: “El que tiene oídos para oír, oiga” (Marcos 4:9).

Fuente:LaBuenaSemilla.net

Los cielos cuentan de su Gloria


viernes, 10 de abril de 2009

¿Ofrendar?, ¿Cuánto o cómo?


De hacer bien y de la ayuda mutua no os olvidéis;porque de tales sacrificios se agrada Dios.
Hebreos 13:16.
Dios ama al dador alegre.
2 Corintios 9:7.

Jesús estaba sentado frente al arca de las ofrendas (Lucas 21:1-4). Con esa penetrante mirada con que lo observa todo y a todos, no sólo veía cuánto (lo único que, en general, interesa a los hombres), sino cómo, daba cada uno. He aquí una viuda pobre se acercó con su conmovedora limosna: las pocas “blancas” que le quedaban para vivir.

El Señor, conmovido, llamó a sus discípulos y comentó lo que acababa de ver. ¡Ah, esa extraordinaria ofrenda!: “todo el sustento que tenía”. Esta limosna no sólo es prueba de los afectos que esa mujer sentía por Dios y su casa, sino también de la total confianza que tenía en el Señor para satisfacer sus necesidades (compárese con 1 Reyes 17:13).

Al echar en el arca sus últimos recursos, ella se entregaba enteramente a Dios y mostraba que sólo dependía de él (compárese 1 Timoteo 5:5 con 2 Corintios 8:1-5).

El Señor, a quien nada se le escapa, valora lo que cada uno da, comparándolo con lo que guarda para sí. No tiene la misma manera de contar que nosotros, y esto es un aliento para todos los que no pueden dar mucho (2 Corintios 8:12).

¡Cuántas pequeñas monedas vendrán a ser fortunas en el tesoro celestial! (Mateo 6:19-21).

Depositemos nuestra confianza en Dios. Quizás en este mundo, pero ciertamente en el otro, él sabrá recompensar más allá de toda medida los más pequeños o grandes sacrificios hechos por amor a él.

Fuente:LaBuenaSemilla.net

miércoles, 8 de abril de 2009

Veré Mi Trabajo como Una Oportunidad

“Empleados, obedeced a vuestros patronos terrenales con respeto y honor, con sencillez de vuestro corazón; no sirviendo al ojo, como los que quieren agradar a los hombres, sino como siervos de Cristo, de corazón haciendo la voluntad del Señor, sirviendo de buena voluntad como al Señor y no a los hombres”
Efesios 6:5-7

El trabajo es una bendición de Dios. Muchas veces lo he visto como una carga y por ello pierdo de vista la gran oportunidad que tengo allí de servir al Señor. Hoy quiero ver mi trabajo como un lugar y una oportunidad para servir al Señor. Por eso cuando en este día entre en mi lugar de trabajo,quiero llevar conmigo la presencia de Dios.

Hoy quiero hablar la paz del Señor y compartir su gracia y su perfecto orden en la atmósfera de mi trabajo.

Hoy reconozco el señorío del Señor sobre todo lo que hable, todo lo que piense,todo lo que decida y todo lo que realice dentro de las paredes de mi lugar de trabajo.

Hoy quiero agradecerle al Señor por todos los dones que él ha depositado en mi. No tomo ligeramente esos dones, sino que me comprometo a usarlos responsablemente y usarlos bien. Dios me ha dado un abastecimiento fresco de la verdad y la belleza para hacer lo mejor y productivo en mi trabajo.

Dios me ha dado creatividad, ideas y energía para impactar ese lugar donde desempeño mis labores y esa creatividad y esas ideas quiero usarlas responsablemente.

Hoy quiero que el Señor sea mi guía en mi trabajo cuando este confundido y me de energía cuando este cansado. Que él me de luz cuando la necesite y esperanza cuando ya sienta que desmayo.

Qué hoy pueda en mi trabajo traer esperanza, vida y ánimo a los que conmigo laboran y que pueda transmitir eso en la manera como hago lo que hago.

Que pueda traer agua fresca en medio del ambiene tenso y los que esten a mi lado puedan descansar.

Que en mi sonrisa se refleje la sonrisa del Señor y en mi mirada se exprese la ternura de él.

Qué con mi compañia, el solitario se sienta reanimado y el triste vuelva a sonreir.

Se que oiré noticias no muy agradables en mi trabajo, pero no quiero ser el mensajero de esas malas noticias. Lo que anhelo es estar satisfecho con lo que hago para transmitir esa satisfacción a los demás.

Hoy quiero en mi trabajo expresar lo mismo que dijo el Salmista en el Salmo 36 versos 7-9. “Cuán preciosa es tu bondad oh Dios. Por lo tanto los hijos de los hombres ponen su confianza bajo la sombra de tus alas.

Ellos están abundantemente satisfechos en tu casa y tu les das a ellos de beber del rio de tus placeres. Tú eres la fuente de la vida y en tu luz yo veo la luz.

Amén

Fuente: Dr. Serafín Contreras Galeano.
www.serafincontreras.com

Los Teléfonos de Emergencia Celestiales

Dios mío, muchas gracias por que hay "teléfonos de emergencia" a donde llamar en casos extremos.

¿Sabias que el cielo tambien tiene telefonos de emergencia?

Aquí está la lista con los números de teléfono de Emergencia celestiales.
Cuando estés en duelo, llamar Juan 14
Cuando los hombres te fallen . Llame al Salmo 27
Si usted quiere ser fructífero, llame Juan 15
Cuando usted ha pecado, llame al Salmo 51
Cuando usted esté preocupado, llama Mateo 6:19-34.
Cuando usted está en peligro, llama Salmo 91.
Cuando Dios parece muy lejos, Salmo de llamado 139.
Cuando sus necesidades agiten la fe, llame Hebreos 11.
Cuando usted se sienta solitario y miedoso, Marque Salmo 23.
Cuando usted note amargura y crítica en ti, llame 1 Corintios. 13.
Cuando usted sienta fuera de todo y menospreciado, Llame a Romanos 8:31-39.
Cuando usted necesite paz y descanso, llame Mateo. 11:25-30.
Cuando el mundo parece más grande que Dios, Llame por Salmo 90.
Cuando usted quiera una promesa Cristiana, Llame a Romanos 8:1-30.
Cuando usted salga hogar para el traajo o viaje, Llame al Salmo 121.
Cuando sus oraciones parzcan estrechas o egoístas, Marque Salmo 67.
Para una gran oportunidad, llame Isaías 55.
Cuando usted necesita coraje para una tarea, llame Josué 1.
Si usted se deprime, llame el Salmo 27.
Si su cartera está vacía, Llame Salmo 37.
Si la gente parece poco amable, llame Juan 15.
Si está desalentado sobre su trabajo, Marque Salmo 126.
Los números de emergencia pueden marcarse directamente.
Ninguna asistencia de operador es necesaria.

Todas las líneas son abiertas al Cielo 24 horas un día!
Alimente su fe, y la duda morirá de hambre!
Fuente:Dr. Serafín Contreras Galeano.
www.serafincontreras.com

Un diálogo con mi alma

¿Por qué te abates, oh alma mía, y te turbas dentro de mí?Espera en Dios; porque aún he de alabarle.
Salmo 42:5 y 11.

El libro de los Salmos contiene varios ejemplos de diálogos en los cuales el creyente se dirige a su propia alma para alentarla o estimularla.

“¿Por qué te abates, oh alma mía, y te turbas dentro de mí?” ¿A menudo no nos ocurre, sobre todo durante la noche, machacar siempre en los mismos problemas y dramatizarlos? Nos sentimos abatidos, agobiados, y muchas veces deprimidos. Nos agitamos y damos vueltas en la mente a todos los aspectos de una situación. Entonces, ¿cuál es el recurso para romper ese ciclo de «abatimiento–agitación»?

En nuestros días, cuando muchos se apresuran a ir al consultorio de los psicólogos por cualquier pequeñez, sepamos mejor confiar nuestras dificultades o penas al Señor. “Despierta, alma mía” (Salmo 57:8).

Y si hay días nublados en nuestra vida, durante los cuales a veces encontramos hostilidad, aprendamos a elevarnos por encima de las circunstancias para gustar el amor de Dios. “Alma mía, en Dios solamente reposa, porque de él es mi esperanza” (Salmo 62:5).

Ante todo, la vida cristiana significa una relación real y de confianza en Dios. “Bendice, alma mía, al Señor, y no olvides ninguno de sus beneficios” (Salmo 103:2). ¿Son los agradecimientos la tela de fondo de nuestra vida?

“Mi porción es el Señor, dijo mi alma; por tanto, en él esperaré” (Lamentaciones de Jeremías 3:24).

Esta respuesta nos trae el sosiego. “Sólo tú, Jehová, me haces vivir confiado” (Salmo 4:8).


Fuente:LaBuenaSemilla.net

martes, 7 de abril de 2009

¿Qué le hice a Dios?

Dios sujetó a todos en desobediencia,para tener misericordia de todos.
Romanos 11:32.

Todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios,siendo justificados gratuitamente por su gracia,mediante la redención que es en Cristo Jesús.
Romanos 3:23-24.

A veces se oye esta exclamación de personas que se quejan de que todo les va mal. «No merecí esto» es otra expresión del mismo tenor. Es muy común vivir sin preocuparse por Dios y después acusarle cuando nuestros asuntos van mal. Los que emplean semejantes expresiones piensan que Dios tiene el deber de hacerles bien en su vida y eventualmente castigarles si hacen algo grave. Cuando todo no va como quisieran, acusan a Dios de ser injusto.

Es urgente reajustar el debate. Quizá pensamos tener derechos ante Dios. Excepto Jesús, nadie ha podido jamás agradar a Dios en toda su conducta. En cambio Dios tiene derechos absolutos sobre cada una de sus criaturas: “Él es quien da a todos vida… y todas las cosas” (Hechos 17:25).

¿Qué le hicimos, pues, a Dios? Nos alejamos de él. Nuestros pecados son un permanente insulto a su absoluta santidad. Nadie tiene méritos ante Dios, aun cuando nuestro entorno nos reconozca ciertas cualidades.

Pero lo que Dios hizo por todos nosotros, y por usted en particular, es amarnos a pesar de nuestra desobediencia; desea hacer valer su soberana gracia. Cada uno de nosotros debe reconocer su alejamiento de un Dios que siempre ha procurado hacernos bien.

Si me doy cuenta de que estoy perdido, descubriré que el Señor Jesús vino justamente “a buscar y salvar lo que se había perdido” (Lucas 19:10).

Fuente:LaBuenaSemilla.net

Aprendiendo a confiar

Los cambios repentinos de nuestras circunstancias o la conducta de los demás pueden hacernos dudar en cuanto a cómo debemos proceder.

El compás nos muestra cuatro puntos: norte, sur, este y oeste, los cuales son necesarios para encontrar una dirección en el mundo físico. Proverbios 3:5, 6 nos da también cuatro puntos para orientarnos en el andar de fe.

1. Confiar en Dios. Él merece toda nuestra confianza, porque Él es el único que no cambia (Stg. 1:17).

2. No confiar en nuestra prudencia. Todas las personas tenemos mentes finitas que limitan nuestra comprensión. Sólo Dios es omnisciente. Él ve todos nuestros pensamientos y todas nuestras motivaciones. No hay nada que el Señor no vea (He. 4:13).

3. Reconocerlo en todos nuestros caminos. Como el Creador y el Salvador de toda la humanidad, Dios tiene el derecho de dirigir nuestras vidas. El Señor forma a cada persona en el vientre, ofrece redención por medio de Su Hijo Jesucristo y nos da dones espirituales para que los utilicemos para Él. Así como el niño acude a su padre en busca de ayuda, los creyentes debemos incluir a Dios en todo lo que hagamos.

4. Dios promete enderezar nuestros pasos. Espiritualmente, la ruta directa es la más fácil de seguir y la que requiere menos tiempo, pero no está libre de obstáculos. Si usted sigue las primeras tres indicaciones, Dios obrará a su favor para que pueda superar todos los obstáculos que encuentre en su camino.

¿Seguirá usted la brújula espiritual de Dios, y confiará en Él con todo su corazón? Si usted rechaza la autoconfianza y reconoce siempre su dependencia de Él, se mantendrá en el camino recto de la santidad.

Los cambios repentinos de nuestras circunstancias o la conducta de los demás pueden hacernos dudar en cuanto a cómo debemos proceder. Por eso es que el Señor nos ha dado Su palabra para señalarnos el camino, especialmente en tiempos de incertidumbre. Pero necesitamos tener una confianza invariable en Él si queremos hacer uso realmente de Su dirección y seguir Sus instrucciones.

¿Cómo podemos saber que Dios es fiel? Él fue quien nos creó, quien envió a Su Hijo a morir en nuestro lugar, y quien nos adoptó permanentemente en su familia. No dejó ningún detalle por hacer en cuanto a nuestra salvación. Con Su gran poder resucitó a Cristo, y con ese mismo poder Él puede cumplir cada una de Sus promesas. Éstas son razones sólidas para saber que podemos depender de Él.
¿Cuáles son las señales de que no estamos confiando en el Señor? Confiar en otras cosas para que éstas determinen nuestras acciones, tales como nuestro propio razonamiento, los deseos materiales o los sentimientos, muestran falta de confianza en Él. Buscar más el consejo y la ayuda de otros, antes que de la Palabra de Dios, es otra indicación.

¿Qué nos impide poner toda nuestra confianza en Él? Un obstáculo es nuestro desconocimiento del deseo de Dios de tener una íntima relación con nosotros. Si no entendemos que Él está profundamente interesado en nuestros asuntos, no le buscaremos para que nos guíe. El segundo obstáculo es el orgullo: muchas veces preferimos confiar en nosotros mismos, antes que depender únicamente de Él.

Poner nuestra confianza en el omnipotente, eterno y trino Dios, es siempre sabio. Podemos confiar en Él siempre.

Fuente: Avanza Por Más
Por Charles Stanley

La inteligencia esclarecida por la fe

¿Dónde estabas tú cuando yo fundaba la tierra? Házmelo saber, si tienes inteligencia.
Job 38:4

Por la fe entendemos haber sido constituido el universo por la palabra de Dios.
Hebreos 11:3

El espíritu humano, extraviándose en vanos razonamientos, busca desesperadamente una explicación a sus orígenes. El creyente tiene certezas. La fe le da a entender que con su palabra Dios llamó el universo a la existencia. El que ha hablado es aquel que tiene toda la autoridad. Da una orden y sucede lo dicho. Esto es digno de Dios.

Cuando aceptamos su autoridad, todo se hace claro. En cambio, si queremos dejar a Dios a un lado y no nos sometemos a Él, nos perdemos en el laberinto de nuestra propia imaginación. Ésta no puede ni crear ni llegar al conocimiento de un creador, porque funciona sólo con las facultades de una criatura.

Por eso, antes de indicar las etapas de la creación, la Palabra de Dios declara: “En el principio creó Dios los cielos y la tierra”. El comienzo de Génesis sólo establece el hecho de que en el principio Dios creó.

De la historia de la creación Dios nos da lo que necesitamos saber y nada más. Luego se nos cuenta lo que concierne al hombre en la tierra.

A menudo se afirma creer solo en lo que se entiende. En realidad, la mayoría de las veces se adhiere a lo que se desea, sea cierto o equivocado. Pero el cristiano empieza por creer lo que Dios dice, reconociendo que Dios es “veraz, y todo hombre mentiroso” (Romanos 3:4).

La Biblia trae las respuestas del Creador mismo a las cuestiones fundamentales.

Fuente:LaBuenaSemilla.net

viernes, 3 de abril de 2009

Dios el gran Olvidado

Venid y volvamos al Señor.
Oseas 6:1


Llevad con vosotros palabras de súplica, y volved al Señor, y decidle: Quita toda iniquidad.
Oseas 14:2

Al recibir el Premio Nobel de Literatura en 1970, Alekxandr Solzhenitsyn, el célebre escritor ruso, pronunció estas palabras: «Consagré cerca de 50 años al estudio. Leí centenares de libros, reuní muchos testimonios personales y publiqué ocho obras.

Hoy, si tuviese que resumir tan brevemente como fuera posible la verdadera causa de nuestro problema, sólo podría dar una explicación: el hombre se olvidó de Dios… Y si se me pidiesen que dijese claramente cuál es la mayor amenaza, aun ahí no hallaría otra cosa que decir: el hombre se olvidó de Dios».

Los periodistas no dieron mucha importancia a esos llamados de volver a Dios… Sin embargo, reconozcamos que el análisis del escritor es oportuno.

La Biblia presenta la historia de la humanidad, que quiso vivir sin Dios, como un drama constantemente renovado. Los progresos que el hombre pretende hacer sólo muestran de manera flagrante aún más sus límites y el abismo que lo separa de la felicidad. De hecho, con frecuencia estos progresos sólo favorecen a aquellos que tienen un alto nivel económico, mas no colman el vacío de su corazón.

La constatación de Solzhenitsyn nos recuerda que desde siempre Dios nos invita con amor a volvernos a él.

Reconozcamos ante nuestro gran Creador que le hemos dado la espalda; pidámosle perdón en el nombre de Jesucristo y démosle el lugar que le corresponde en nuestra vida.

Fuente:LaBuenaSemilla.net

Me Levantaré De Las Cenizas.

Yo sé que mi Redentor vive y aún del polvo me levantará y aunque la piel se me caiga a pedazos, en persona, veré a Dios.
Job 19:25, 26

Hay un proverbio español que dice: Si el incendio quema tu casa, caliéntate con ese fuego”.

En cierta ocasión el laboratorio de Thomas Edison fue virtualmente destruido por un incendio. Aunque el daño excedió por mucho la cifra en la que estaba asegurado el edificio, Edison no perdió la templanza.

Mucho del trabajo de toda una vida de Edison fue consumido por las espectaculares llamas esa noche del desastre. En medio del fragor del incendio, el Hijo de Edison de 24 años buscó frenéticamente a su padre en medio del humo y finalmente lo encontró, mirando serenamente la escena mientras su pelo blanco era soplado por el viento.

Cuando Edison vio a su hijo le grito. Charles donde está tu madre? Encuéntrala y tráela porque quizá en toda su vida no volverá a ver un incendio tan grande como este.

Al día siguiente, Edison miró las ruinas y dijo: “ Hay un gran valor en el desastre. Todas nuestras equivocaciones se queman. Agradezcamos a Dios que podemos volver a comenzar”. Tres semanas después del incendió, Edison sacó a la luz el primer fonógrafo.

Con el Señor siempre hay un nuevo comienzo, como dijo Job, aún del polvo nos levantará. Creo que definitivamente solo con el Señor tenemos nuevas y grandes esperanzas.

Hoy quiero recordar tal hecho. Hoy por fuertes que sean los incendios en mi vida, podré estar seguro que con el Señor a mi lado, siempre hay esperanza para volver a comenzar.

Oh, a cuantas personas he encontrado en la vida llorando sus perdidas y dolores y por estar llorando tales cosas no han tenido tiempo ni fuerza para volver a comenzar. Dios ha dicho, nuevas son todas las cosas.

Realmente todas nuestras equivocaciones se queman, pero aún del polvo y de la ceniza podemos volver a comenzar. Este es un buen día para volver a comenzar. Con el Señor todo comienzo es más fuerte y sólido porque le enseñanza obtenida en la perdida, clarifica mi visión y amplia mi camino para volver a comenzar.

Pablo comenzó de nuevo mientras iba camino a Damasco y aunque todo lo anterior se quemó llego a ser el apóstol Pablo con nuevas bases y buenos fundamentos.

Señor. Gracias porque en el hermoso camino de la vida cristiana aún las perdidas se convierten en ganancias. Hoy quiero aprovechar las circunstancias por difíciles que sean para caminar en un nuevo camino.

Señor quiero decir hoy como Job, en medio de sus crisis. Yo se que mi Redentor vive y aún del polvo de la tierra me levantará. Hay seguridad en amarte y en servirte. Cada lección aprendida en el largo trayecto de la vida tiene raíces profundas para que germine un nuevo árbol.

Este es un buen día para comenzar de nuevo contigo en fe, esperanza y amor.

Amén.

Fuente: Dr. Serafín Contreras Galeano.
www.serafincontreras.com

jueves, 2 de abril de 2009

Creados para su Gloria

Como hijos de Dios podemos haber sido llamados a un servicio especial al Señor, podemos ser llamados a servir tiempo completo a Él… pero… ¿Cuál es el real llamado que todos hemos recibido del Señor?

“todos los llamados de mi nombre; para gloria mía los he creado, los formé y los hice.” Isaías 43:7

¡Glorificar a Dios con nuestras vidas! Ese es el principal llamado que todos, como hijos de Dios, tenemos.

“Pero tenemos este tesoro en vasos de barro, para que la excelencia del poder sea de Dios, y no de nosotros,” 2ª Co.4:7.

¡Que nuestras vidas muestren al mundo Su Excelencia, la Excelencia de Dios y no de la obra de los hombres!

Hemos sido creados para glorificar a Dios, y esto implica muchas cosas. Pensando en el servicio que debemos realizar, podemos pensar en que somos:

Creados para servir . Ef.2:102.

Salvados para servir. 2ª Tm. 1:8-93.

Llamados para servir . 1ª Pe. 2:9, Ro. 7:4
En algunas Iglesias en China, a los nuevos creyentes se les da la bienvenida de la siguiente manera: “ Jesús ahora tiene un nuevo par de ojos para ver, nuevos oídos para escuchar, nuevas manos para ayudar y un nuevo corazón para amar a otros.”

Dios quiere usarte para marcar una diferencia en este mundo. El quiere trabajar a través de ti.

No importa la duración de tu vida, sino la donación de la misma.
No cuanto tiempo viviste, sino cómo lo hiciste.

¡¡ Glorifiquemos a Dios con nuestras vidas!!

Fuente:Equipo de colaboradores del Portal de la Iglesia Latina