miércoles, 17 de marzo de 2010

La Palabra De Dios Me Perfeccionará


A fin de que el hombre de Dios sea perfecto, equipado para toda buena obra.—
2 Timoteo 3:17

La Palabra de Dios tiene un increíble poder restaurador para reparar el daño interno que ha sido hecho en nuestras vidas como resultado de nuestra manera equivocada de pensar.

La Biblia es…precisamente recta y correcta en cada detalle perteneciente a la vida. Estotalmente completa, y nada de lo que necesitamos en la vida le falta. Restaurar tu mente, corazón y conciencia para que funcionen de acuerdo con las intenciones de Dios. Su Palabra va a llevar tus pensamientos y emociones a conclusiones diferentes, y recupera las áreas de tu vida interior que han sido quebrantadas, atadas o dañadas por las maneras equivocadas de pensar o de sentir a lo largo de tu vida.

La Biblia es Segura —precisamente como debe ser, como una mañana clara y soleada o una mesa exquisitamente arreglada para cenar.No hay nada mejor que el carácter genuino de la Palabra de Dios.Trae a tu corazón un gozo profundamente arraigado, tal y como podrías deleitarte con la belleza de un atardecer.

La constante exposición a la Biblia contrarresta la contaminación de la vida y presenta a tu vida un sentido fundamental de bienestar y prosperidad.
La Biblia nos perfecciona a través de sus enseñanzas guiándonos por los senderos rectos del Dios omnipotente que anhela que nos reconectemos con él. Ninguna otra cosa podrá orientarnos como la Palabra de Dios lo hace. Es una real lámpara la cual trae luz a lo profundo de nuestra alma. Sus rayos de esperanza producirán un nuevo amanecer en nuestra existencia.

Hoy…dejaré que ella me perfeccione revelando las áreas de mi vida que están desviadas y retorcidas por el pecado.

Señor, Gracias por darme tu amor y tu seguridad a través de tu hermosa y santa Palabra. No quiero ni ignorarla ni desobedecerla.
En el Nombre de Jesús te lo pido. Amén.

Fuente:RenuevodePlenitud.com
Dr. Daniel A. Brown.
Disfrute Tu Diario Vivir

viernes, 12 de marzo de 2010

El espejo de nuestro corazón

Si alguno es oidor de la palabra (de Dios) pero no hacedor de ella, éste es semejante al hombre que considera en un espejo su rostro natural. Porque él se considera a sí mismo, y se va, y luego olvida cómo era.
Santiago 1:23-24

Tu palabra es verdad.
Juan 17:17

Un espejo es una superficie que refleja y devuelve los rayos luminosos de tal manera que en él podemos ver nuestra propia imagen.

Entre otros objetos, la Palabra de Dios es comparada con: una lámpara, una espada de dos filos, un martillo que quebranta la piedra… También es un espejo fiel que refleja nuestra imagen moral sin deformarla.

Por medio de la Palabra conocemos lo que somos, pues ella “discierne los pensamientos y las intenciones del corazón”, por ejemplo, el egoísmo, la soberbia, la mentira, la impureza… “Todas las cosas están desnudas y abiertas a los ojos de aquel a quien tenemos que dar cuenta” (Hebreos 4:12-13). Al leerla debemos reconocer que el perfil que hace de nosotros es verdadero. ¿Cuál es, pues, el resultado observado? ¿Cuál es la apreciación divina, que es la única valedera? “No hay diferencia, por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios” (Romanos 3:22-23).

¿Debemos quedarnos con esto? No, la Escritura también nos lleva a conocer lo que Dios hizo para liberarnos de la condena que nos esperaba: “Jesús, Señor nuestro… fue entregado por nuestras transgresiones, y resucitado para nuestra justificación” (Romanos 4:24-25), es decir, fue entregado para expiar nuestras faltas y resucitado para que podamos ser declarados justos.

Fuente LaBuenaSemilla.net