sábado, 29 de mayo de 2010

Ir de prisa


Cierta vez, un conductor se desplazaba por una autopista a una velocidad excesivamente alta, cuando, de repente justo después de una curva aparece un hombre parado en medio de la vía, haciendo señal de parada con los brazos y de una forma desesperante.

El conductor, sorprendido y a la vez asustado, toca insistentemente la bocina para ver si así el individuo se quitaba del camino. Pero fue inútil, el hombre seguía haciendo señal de pare con sus brazos.

Debe de estar loco, dijo el conductor mientras pisaba el freno provocando un fuerte chillido y dejando dos largas marcas negras en el pavimento, logrando así detener el auto antes de chocar a aquel hombre. Muy enojado, se desmonta del carro y, estrellando la puerta, se dirige hacia el hombre y le dice: Acaso no tienes ojos? No ves lo peligrosa que es esta carretera y te atraviesas en ella como si nada? O acaso eres loco para no ver el peligro que corres?

No, señor, no estoy loco, le contesto el individuo. Lo que pasa es que el puente que esta en la próxima curva acaba de desplomarse; y sabía que, si no hacia algo, usted, en este momento, ya estaría muerto. Tuve que arriesgar mi vida para ver si podía salvar la suya.

Quizás, en la carretera de tu vida algún "loco", te ha obstaculizado el paso para hablarte del Amor de Dios y te has enojado sobremanera porque vas MUY A PRISA.

Quizás hoy yo este obstaculizando tu camino quitándote unos minutos; pero, que habría pasado si el conductor hace caso omiso al individuo del camino?, que crees que pasara a los que oyen la advertencia de la palabra de Dios y la ignoran?

Quien tiene oídos para oír, oiga. Mateo 13:9
¿Quién es sabio y guardará estas cosas, Y entenderá las misericordias de Dios? Salmos 107:43
Oirá el sabio, y aumentará el saber; Y el entendido adquirirá consejo; Proverbios 1:5
He aquí, yo estoy a la puerta y llamo: si alguno oyere mi voz y abriere la puerta, entraré a él, y cenaré con él, y él conmigo. Apocalipsis 3:20
Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado á su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna. Juan 3:16
Fuente:RenuevodePlenitud.com

El manantial de la vida

El Señor es la fortaleza de mi vida; ¿de quién he de atemorizarme?
Salmo 27:1

Contigo está el manantial de la vida; en tu luz veremos la luz.
Salmo 36:9

Me mostrarás la senda de la vida; en tu presencia hay plenitud de gozo.
Salmo 16:11

Un muchacho convalecía acostado en una camilla, había tratado de suicidarse. Así explica su decisión y su desaliento: «De nuestra sociedad no se puede sacar nada; sus intereses son únicamente materialistas. No puedo vivir así».

Hoy en día, ¡cuántos jóvenes piensan igual! Se sienten desamparados frente al porvenir, sin ninguna esperanza ni seguridad moral frente a la muerte y al más allá. ¿Nos dejaría Dios sin certezas? ¡Desde luego que no! La Biblia me enseña que Dios es “el manantial de la vida”, es decir, su origen y su meta.

Dios trata de entrar en contacto conmigo, no soy sólo un ser material. Él dice que su proyecto para mí es darme a conocer “la senda de la vida”, que su presencia será para mí la fuente de mi gozo, independientemente de las circunstancias.

Esto no significa que todo irá necesariamente bien, pero si tengo dificultades en el camino, hallaré en él la energía necesaria para seguir: “El Señor es la fortaleza de mi vida”. Al venir a esta tierra el Señor Jesús ilustró este mensaje divino. Nuestra vida tiene valor a sus ojos: la estimó tan preciosa que dio la suya para salvarnos.

Padres, no descuidemos esta parte de la herencia que debemos transmitir a nuestros hijos. Porque en una vida en la que quizás no les falte ningún bien material, estarán desamparados frente a las verdaderas preguntas.

Fuente:LaBuenaSemilla.net

lunes, 17 de mayo de 2010

“En Dios hay perdón”


Ninguno de ellos podrá en manera alguna redimir al hermano… ni dar a Dios su rescate.
Salmo 49:7

Dios tuvo de él misericordia… halló redención.
Job 33:24

Jesucristo… se dio a sí mismo en rescate por todos.
1 Timoteo 2:5-6

No se puede volver a empezar la vida. El anciano no puede corregir lo que hizo mal en su juventud, pero lo que sí puede hacer es mirar al pasado con la mirada divina y suplicar a Dios que le perdone sus pecados. Quizá lo diga llorando, con el corazón quebrado y avergonzado por haber ofendido a Dios frecuentemente. Tal vez en ese pasado cometió pecados que hoy le parecen imperdonables. Pero Dios dice: “Miraré a aquel que es pobre y humilde de espíritu, y que tiembla a mi palabra” (Isaías 66:2).

Dios es justo y no puede pasar por alto el pecado sin castigarlo; sin embargo, él perdona al pecador. ¿Cómo conciliar la justicia de un Dios santo que exige un castigo, con su gracia que perdona? Su gloria es poder conciliar el uno con el otro. Su Hijo amado soportó en nuestro lugar el castigo que merecíamos, para que Dios pudiera perdonarnos con toda justicia.

Por eso Dios no pide nada al hombre pecador, excepto que reconozca su culpabilidad y crea que Cristo cargó con ella en la cruz, muriendo por él.

¡Cuán inefable es el divino amor! ¡Cuán grande es! ¡Cuán digno de loor! Puro, esplendente en la redención, Es manantial de toda bendición.

Fuente:LaBuenaSemilla.net

viernes, 14 de mayo de 2010

¿Quién Será el Mayor?


El Hijo del Hombre no vino para ser servido, sino para servir,y para dar su vida en rescate por muchos.
Marcos 10:45.

La gloria del reino, cuyo rey sería Cristo, ocupaba un lugar importante en los pensamientos de los discípulos del Señor. Ante todo se interesaban por saber qué posición ocuparían, siendo ellos los compañeros de Jesús.

En este mundo, la grandeza y el poder se comprueban dominando sobre los demás y ejerciendo autoridad. Entre los discípulos del Señor, la grandeza se manifiesta de manera muy diferente: “El que quiera hacerse grande entre vosotros será vuestro servidor, y el que de vosotros quiera ser el primero, será siervo de todos” (Marcos 10:43-44). Por lo tanto, la verdadera grandeza se hace visible al servir.

El Señor no sólo predicó esta grandeza, sino que también la demostró en su servicio. Aquel que sin duda alguna era el más grande decía de sí mismo que no había venido para ser servido, sino para servir (Marcos 10:45).

¡Qué brillante ejemplo! ¿Quién era tan grande como él antes de venir a la tierra? “Millares de millares le servían”. Sin embargo, el que era Dios “se despojó a sí mismo, tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres”. Tomó el último lugar, “haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz” (Filipenses 2:7-8). Nunca pensó en sí mismo ni en su propia honra. Siempre sirvió a los demás y finalmente dio su vida en rescate por muchos.

¡Cuán suficiente es esto para darle la preeminencia en todo! Ahora Él ocupa la posición más alta en el cielo.
Fuente:LaBuenaSemilla.net

Descuido


La pereza hace caer en profundo sueño,y el alma negligente padecerá hambre.
Proverbios 19:15.

No descuides el don que hay en ti…Ocúpate en estas cosas; permanece en ellas,para que tu aprovechamiento sea manifiesto a todos.
1 Timoteo 4:14-15.

A primera vista no parece que la negligencia sea un defecto muy grave. En realidad todo depende de las consecuencias que resulten de ella. Cualquier descuido de un chófer será juzgado culpable si provoca un accidente.

Hay un campo, el de nuestra situación ante Dios, en donde la negligencia puede conducir a las más trágicas consecuencias. Muchas personas tienen la intención de interesarse por ese asunto, pero no en seguida. Descuidan una “salvación tan grande” (Hebreos 2:3). Ahora es cuando debemos escuchar lo que Dios nos dice acerca de nuestro porvenir eterno y aceptar a Jesús como Salvador.

Nosotros, los cristianos, también corremos el riesgo de ser negligentes. Si bien nuestro porvenir eterno está asegurado por la obra perfecta de Cristo, somos responsables de vivir nuestro cristianismo, de aprovechar las oportunidades para dar testimonio de Cristo y de hacer las buenas obras que “Dios preparó de antemano para que anduviésemos en ellas” (Efesios 2:10).

¿Ha notado usted cuántos obstáculos interiores y exteriores nos detienen en nuestra vida cristiana? Si mis flaquezas me impiden ser útil a mi prójimo, Dios hallará otros testigos. Pero en el día de las recompensas, ¿mi Señor y Maestro podrá decirme: “Sobre poco has sido fiel… entra en el gozo de tu señor”? (Mateo 25:21).
Fuente:LaBuenaSemilla.net

Pensamientos


Guardarás en completa paz a aquel cuyo pensamiento en ti persevera;porque en ti ha confiado. Confiad en el Señor perpetuamente.
Isaías 26:3-4.

Atribuir la creación a una fuerza indefinida antes que al Creador da la ilusión, al ateo, de escapar de su responsabilidad, de sus deberes y de las cuentas que deberá rendir a Aquel que le dio la vida.

- Del mismo modo que ninguna piedra puede ser pulida sin fricción, ningún ser humano puede perfeccionar su experiencia sin ser probado.

- Lo que caracteriza a la fe es que ella cuenta con Dios, no sólo a través de las dificultades, sino frente a imposibilidades.

- Dios no pone una carga sobre nuestra espalda para deslomarnos, sino para que nos arrodillemos. ¡Oremos a Él sin tardar!

- Dios permite la tempestad para demostrar que Él es el único refugio.

- Si te parece que Dios está muy lejos… reflexiona: ¿quién fue el que se alejó?

La oración es la llave de la mañana y el cerrojo de la noche.“En paz me acostaré, y asimismo dormiré; porque solo tú, Señor, me haces vivir confiado”. “Oh Señor, de mañana oirás mi voz; de mañana me presentaré delante de ti, y esperaré” (Salmos 4:8; 5:3).

Fuente:LaBuenaSemilla.net

Hoy No Me Avergonzare