viernes, 30 de diciembre de 2011

Reposo y Paz



No es este el lugar de reposo, pues está contaminado (por el pecado).
Miqueas 2:10.

(Cristo) vino y anunció las buenas nuevas de paz a vosotros que estabais lejos.
Efesios 2:17.

El hombre es incapaz de encontrar la tranquilidad en un mundo destrozado por la violencia y consumido por la corrupción. Sin embargo Dios, en su gracia, quiere ofrecerla a todos. El que reconoce su culpabilidad ante Dios y acepta por fe la liberación que él le da, recibe la paz de la conciencia. “Creemos en el que levantó de los muertos a Jesús, Señor nuestro”. “Justificados, pues, por la fe, tenemos paz para con Dios” (Romanos 4:24; 5:1). Después de resucitar, Jesús dijo a sus discípulos: “Paz a vosotros” (Juan 20:19). Él hizo “la paz mediante la sangre de su cruz” (Colosenses 1:20).

Al que cree se le ofrece también la paz del corazón: “Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar” (Mateo 11:28). Podemos dejar en sus manos todas nuestras preocupaciones. ¡Que podamos decir: “En Dios solamente está acallada mi alma; de él viene mi salvación”! (Salmo 62:1).

La Biblia nos dice que después de haber creado los cielos y la tierra, Dios descansó (Génesis 2:2), pues todo lo que había hecho era perfecto. Pero el hombre desobedeció y corrompió todo, de modo que el reposo de Dios se vio perturbado. Entonces Dios tuvo que trabajar (Juan 5:17) y hacer una obra de un valor infinito: dio a su Hijo unigénito para ser el Salvador del mundo. El descanso de Dios sólo será perfecto cuando todo su plan se haya cumplido. Entonces “descansará en su amor” (Sofonías 3:17, V.M.).


Fuente:LaBuenaSemilla.net

miércoles, 28 de diciembre de 2011

La actitud correcta: haz una milla más


"Lo primero que necesitas para volver a levantarte y redireccionarte nuevamente hacia tu objetivo es estar con Dios a solas"

Si estás pasando momentos de frustración, de cansancio, de querer rendirte porque no tienes los resultados que quieres, ¡quiero compartir una palabra de Dios que te inyectará fuerzas nuevas!
Todos pasamos por ese día donde nos gustaría no haber despertado, o por ese tiempo que nos gustaría que pase rápidamente.

Hay días que uno siente más el cansancio como ningún otro, y cuando estamos cansados, decimos cosas que limitan nuestras acciones.
¿Te parecen conocidas estas palabras?
¡Estoy cansado! ¡Largo todo! ¡Quiero morirme! ¡Me rindo! ¡Que sea lo que Dios quiera! ¡No puedo más!

Si respondiste diciendo, esas son mis palabras, entonces estás en el momento correcto para escuchar el mensaje correcto.
¡Este es un mensaje que salió del corazón de Dios para ti!


Génesis 13: versículo 14 y 15.
Dios le dijo a Abram después que Lot se aparto de él:
Abram, levanta la vista desde el lugar donde estás, y mira hacia el norte y hacia el sur, hacia el este y hacia el oeste, yo te la daré a ti y a tu descendencia, para siempre, toda la tierra que abarca tu mirada.


Lo primero que necesitas para volver a levantarte y redireccionarte nuevamente hacia tu objetivo es estar con Dios a solas, para recibir su palabra y claridad para todas las cosas que tienes que hacer.

1º. Debes tener en cuenta que para recuperar tu pasión, tu energía, tu objetivo, sólo tienes que tener ganas de volver a levantarte.

2º. Puedes hacerlo, puedes lograrlo, porque naciste para llegar a cumplir cada objetivo que te propones, porque conoces la diferencia entre lo que es difícil pero no imposible.

3º. Elimina todo pensamiento limitante y de esclavitud: No puedo. No soy capaz. Esto es imposible. No sé. No tengo los recursos. Nadie me ayuda.

4º. Ten pensamientos de fe, pensamientos potenciados: Yo puedo hacerlo. Merezco lo mejor. Creo en mis habilidades. Todo lo que haga me saldrá bien. Todo lo puedo en Cristo que me fortalece.

5º. Quita la energía de la duda. Jesús le dijo a Pedro: ¡Hombre de poca fe! ¿Por qué dudas? En el momento en que generas dudas, generas una energía que bloquea lo que determinaste hacer y cómo lograrlo.

6°. Yo soy el dueño de mis decisiones. Yo decido creer o no, y hoy elijo las creencias que me llevan al cumplimiento de mi objetivo.

7°. Construir imágenes mentales para direccionarme hacia ellas. ¡La fe es declarar lo que no es como si fuese! Declarar lo que no es se transforma en una visualización, como si ya lo hubieras conseguido. Con una dosis de fe y las emociones correctas, activarás la energía para cambiar tus imposibles en posibilidades.

¡Como Abram, cuando visualices tus objetivos, todos los días míralos, disfruta de ellos, como si ya los tuvieras! Relájate con minutos de silencio a solas con Dios, todos los días ¡y verás que todos los deseos de tu corazón Dios te los concederá!

Entonces ¿hay una manera de vivir una vida extraordinaria? Claro que sí, hay un ingrediente para vivir la vida extraordinaria y Dios lo dispuso para todos aquellos que creen.

El secreto está en las palabras de Jesús: “Haz una milla más”. Mateo 5: 41En castellano sería una palabra que usamos muy pocas veces, pero a partir de que descubras su significado, será esta palabra tu bandera de victoria.

La palabra ¡extraordinaria!
Al unir la expresión “extra” y “ordinaria”, tenemos una declaración de que algo sobrenatural y diferente comenzaremos a vivir. Al decir “extra” estamos declarando que podemos esperar algo por encima de lo normal, algo que supera la medida natural.

Aquí va la revelación de cómo hacerlo: En todas las cosas ordinarias (común) que haces todos los días agrégale el Extra. Hacer las cosas ordinarias, extra - ordinariamente bien cada día.

Lo ordinario (Común) es una cena. Lo extra – ordinario, sería agregarle a la mesa unas flores hermosas, además de una buena música y el ambiente exacto para el momento.

Lo ordinario (Común) es felicitar a tus hijos por haber cumplido un buen año de estudios. Lo extra–ordinario, es brindarle tus felicitaciones acompañadas con muchos abrazos, besos, regalos y una salida donde ellos quisieran ir.

Lo ordinario (Común) es entrar en la rutina con tu esposo/a, siempre más de lo mismo. Lo extra–ordinario, es salir de la casa a compartir un paseo y buscar las soluciones para transformar las rutinas y el aburrimiento, en disfrutar de los momentos que están juntos, haciendo cosas nuevas o cosas que hace mucho tiempo no hacen.

Lo ordinario (Común) es darle un beso a quien amas, como todos los días, por costumbre. Lo extra–ordinario, es detenerse y decirle lo feliz y lo bien que te sientes con él o con ella, lo importante que es para ti estar con ella o él, y luego sí darle un beso distinto al de todos los días.

Lo ordinario (Común) es estar en la presencia de Dios y decir siempre lo mismo: Dame, dame, dame. Necesito, necesito, necesito. Lo extra–ordinario, es estar en la presencia de Dios y decirle; tú sabes lo que necesito, tú sabes qué cosas me hacen falta, tú sabes por lo que estoy pasando, pero hoy solo quiero decirte que te amo, no por lo que me das, sino por lo que eres para mí. Gracias Señor por estar conmigo todos los días. Gracias Señor por poner alrededor de mí gente de fe que me impulsa a seguir adelante. Gracias Señor porque sé que tu presencia conmigo cambia todos mis lamentos en baile.

Bien, ahora que ya sabes cuál es el ingrediente correcto para vivir una vida extraordinaria, quiero decirte lo último que debes hacer.
Si lees bien el comienzo del capítulo 13 versículo 14 dice: Y Jehová dijo a Abram, después que Lot se apartó de él.
Después que Lot se apartó de él: La clave es separarte de todas las cosas que son un estorbo para ti, las limitaciones internas, los temores a emprender cosas nuevas, desprenderte de los recuerdos que te angustian sanando esa área, desprenderte de las culpas que ya Dios te perdonó, desprenderte de las malas palabras con las cuales te lastimas: que no sirves, que no vales nada, que nadie te tiene en cuenta, que estás sola, solo.

Deja ir aquello que no está asignado a ti para cumplir tu propósito. Tendrás que dejar ir inclusive a ciertas personas que te están limitando, gente que fue muy bendecida por ti, pero que no te acompañará en tu visión. No son gente mala, pero no fueron asignados a ti. Tendrás que desprenderte de todo peso que hoy te agobia, externo e interno.

Y Jehová dijo a Abram: Una vez que tomaste esta decisión para correr la carrera de la vida y tener victoria en todas las áreas, la voz de Dios se repite nuevamente, pero esta vez ya no para Abraham, sino para ti, pon tu nombre en el espacio que está vacío.
Y Jehová dijo a _Tu Nombre__ después que la carga se desprendió de él: Alza ahora tus ojos, y mira desde el lugar donde estás hacia el norte y el sur, y al este y al oeste. Porque toda la tierra que ves, la daré a ti y a tu descendencia...

¡¡El ingrediente correcto, haz una milla más, agrégale a cada cosa que haces un EXTRA- ORDINARIO!!

¡Palabra del Señor para ti, este es el mejor año de tu vida!
Autor: Felipe Matto es pastor de la iglesia "Presencia de Dios" en San Justo
Fuente:avanzapormas.com

miércoles, 14 de diciembre de 2011

La tentación llega por los pensamientos

Cada uno es tentado, cuando de su propia concupiscencia es atraído y seducido.
Entonces la concupiscencia, después que ha concebido, da a luz el pecado; y el pecado, siendo consumado, da a luz la muerte.
Santiago 1:14-15.

En la Biblia a menudo las palabras tienen un sentido más amplio del que inicialmente nos viene a la mente. Por ejemplo, la palabra “corazón” designa más que los sentimientos. Engloba todo el interior de nuestro ser: pensamientos, motivaciones, etc. Del mismo modo, la palabra “tentación” engloba todo lo que nos aleja de la voluntad de Dios. La tentación puede ser exterior, por ejemplo cuando alguien nos provoca hablándonos mal o alabándonos. También puede ser interior; en este caso está ligada a la codicia.

Amigos creyentes, la tentación interior siempre nace bajo la forma de pensamientos o imágenes, pero el amor de Cristo y el deseo de agradarle son un filtro muy eficaz que nos permite rechazar el mal. Como decía Lutero, no podemos impedir que los pájaros vuelen sobre nuestra cabeza, pero podemos impedir que aniden en ella. Si aceptamos un mal pensamiento, corremos el riesgo de dejarnos seducir, nos volvemos cautivos de él y acabamos por ponerlo en práctica; lo que nos hace más vulnerables frente a la próxima tentación. Por el contrario, cuando un mal pensamiento nos viene a la mente, si clamamos al Señor y lo rechazamos, seremos liberados.

Pero si hemos cedido a la tentación, no permanezcamos en nuestro fracaso. ¡Confesémoslo al Señor! Él nos ayudará y nos dará la victoria sobre el mal.


Fuente:LaBuenaSemilla.net

martes, 13 de diciembre de 2011

¿Hay que temer el tribunal de Cristo?

Es necesario que todos nosotros comparezcamos ante el tribunal de Cristo, para que cada uno reciba según lo que haya hecho mientras estaba en el cuerpo, sea bueno o sea malo.
2 Corintios 5:10


“Todos hemos de comparecer ante el tribunal de Cristo” (Romanos 14:10).El que no haya creído en Cristo tendrá que comparecer ante el tribunal de Dios (Apocalipsis 20:12) y será condenado. El mal que haya cometido de ninguna manera podrá ser borrado por el bien que haya hecho.

Pero si acepté a Jesucristo no iré a juicio, porque el castigo que merecían mis faltas ya lo recibió Jesucristo, mi Salvador. “El que oye mi palabra, y cree al que me envió, tiene vida eterna; y no vendrá a condenación, mas ha pasado de muerte a vida” (Juan 5:24).

Sin embargo, como creyente tendré que presentarme ante el tribunal de Cristo para que todo sea puesto a la luz. Será el día del juicio de mis obras. No habrá ninguna condenación, ya que mis pecados han sido perdonados. Habrá una pérdida en relación con el mal que haya cometido… o una recompensa: el Señor recompensará todo el bien que haya hecho por él, incluso un vaso de agua dado en su nombre.

La idea del tribunal no me asusta, porque el juez que lo presidirá será mi Salvador, quien llevó él mismo mis pecados. Allí estaré en presencia de su perfecta gracia; conoceré su apreciación de mis hechos y me maravillaré de la inmensidad del amor divino.

Esta perspectiva en el fondo es estimulante para mí, pues me hace ser consciente de la seriedad de la vida y me anima a vivir más cerca del Señor.

Fuente:LaBuenaSemilla.net

La galería de los retratos

Dios… por su gran amor con que nos amó,
aun estando nosotros muertos en pecados,
nos dio vida juntamente con Cristo
(por gracia sois salvos).
Efesios 2:4-5.


Si visitamos un castillo antiguo seguro que veremos majestuosos retratos de los que fueron sus propietarios, de personas importantes o de tal o cual personaje célebre. Fueron pintados en una época en la que todavía no existían las fotos. ¡Todos ellos resplandecen con sus mejores ropas y en el marco adecuado a su grandeza! A través de sus rasgos, a menudo severos, no vemos si esos personajes fueron felices o no, amables o desagradables. De todos modos su gloria fue efímera, pues la mayoría fueron olvidados. Todos murieron, ¿y su legado donde está?

La Biblia contiene una galería de retratos de personas débiles, humildes y sin grandes apariencias que confiaron en Dios; sus nombres jamás serán olvidados. Entre ellos están Abel, Noé, Abraham, Sara, Moisés, Rahab, Gedeón, Samuel, David y otros que sufrieron y fueron maltratados. ¿Eran más santos que otros para figurar en la lista de los que honraron a Dios? No, lo que los hizo merecedores de tal honor fue que cada uno de ellos puso su fe en Dios en medio de la prueba y la dificultad ( Hebreos 11).

Los palacios celestiales no estarán decorados con retratos, sino con seres vivos, la innumerable familia de Dios, todos ellos testigos de su gracia. Rescatados, perdonados, justificados por la sangre de su Hijo Jesucristo, llevarán vestidos de gloria, todos diferentes, pero todos parecidos a los del Señor.


Fuente:LaBuenaSemilla.net