Enséñame, oh Señor, tu camino; caminaré yo en tu verdad; afirma mi corazón para que tema tu nombre.
Salmo 86:11.
¿Quién es el hombre que teme a Jehová?, El le enseñará el camino que ha de escoger.
Salmo 25:12.
Me guiará por sendas de justicia por amor de su nombre.
Salmo 23:3.
¿Qué debo escoger, qué decisión debo tomar? Cada día tenemos que tomar decisiones. A veces es difícil, ante todo cuando estas decisiones pueden tener graves consecuencias.
¿Cómo hacer para decidir correctamente? Nuestra experiencia nos vuelve prudentes, y los consejos de personas sagaces a veces son útiles. Pero de cualquier manera que uno lo haga, siempre hay algo de incertidumbre. Entonces, ¿Qué hacer? Sólo hay una respuesta: pedirle a Dios que nos muestre cuál es la buena dirección. A tal oración él contesta con infinita sabiduría y por los medios que juzga oportunos.
¡Qué sabia oración: Enséñame tu camino! No dice: Enséñame mi camino, sino “tu” camino; el de Dios. ¿Pero verdaderamente deseo seguir el que agrada a Dios? Jesús me trazó este camino hecho de justicia, humildad, amor, bondad y de verdad. Si conozco a Jesús, mi vida reflejará su gloria moral. Entonces, ¡Cuánto más fácil será escoger!
Y si me equivoco y luego reconozco mis errores, él me perdona y me levanta. Me conduce lejos del mal, de la mentira, en una senda de rectitud, de oración y de confianza. “Fíate del Señor de todo tu corazón, y no te apoyes en tu propia prudencia. Reconócelo en todos tus caminos, y él enderezará tus veredas” (Proverbios 3:5-6).
Fuente:LaBuenaSemilla.net
Salmo 86:11.
¿Quién es el hombre que teme a Jehová?, El le enseñará el camino que ha de escoger.
Salmo 25:12.
Me guiará por sendas de justicia por amor de su nombre.
Salmo 23:3.
¿Qué debo escoger, qué decisión debo tomar? Cada día tenemos que tomar decisiones. A veces es difícil, ante todo cuando estas decisiones pueden tener graves consecuencias.
¿Cómo hacer para decidir correctamente? Nuestra experiencia nos vuelve prudentes, y los consejos de personas sagaces a veces son útiles. Pero de cualquier manera que uno lo haga, siempre hay algo de incertidumbre. Entonces, ¿Qué hacer? Sólo hay una respuesta: pedirle a Dios que nos muestre cuál es la buena dirección. A tal oración él contesta con infinita sabiduría y por los medios que juzga oportunos.
¡Qué sabia oración: Enséñame tu camino! No dice: Enséñame mi camino, sino “tu” camino; el de Dios. ¿Pero verdaderamente deseo seguir el que agrada a Dios? Jesús me trazó este camino hecho de justicia, humildad, amor, bondad y de verdad. Si conozco a Jesús, mi vida reflejará su gloria moral. Entonces, ¡Cuánto más fácil será escoger!
Y si me equivoco y luego reconozco mis errores, él me perdona y me levanta. Me conduce lejos del mal, de la mentira, en una senda de rectitud, de oración y de confianza. “Fíate del Señor de todo tu corazón, y no te apoyes en tu propia prudencia. Reconócelo en todos tus caminos, y él enderezará tus veredas” (Proverbios 3:5-6).
Fuente:LaBuenaSemilla.net