martes, 25 de noviembre de 2008

Gracia, misericordia y paz.


Arroja los estorbos


En la novela de Julio Verne La isla misteriosa, se habla sobre cinco hombres que se escapan de un campo de prisioneros de una Guerra Civil mediante el robo de un globo.

AL elevarse en el aire se dan cuenta que el viento los lleva hacia el océano. Mientras observan cómo la tierra firme desaparece en el horizonte, se preguntan cuánto tiempo logrará permanecer el globo en el aire.

A medida que pasan las horas y el globo se aproxima a la superficie del océano, los hombres deciden que deben arrojar algo pesado a bordo porque no tienen forma de calentar el aire del globo. A regañadientes, arrojan zapatos, abrigos y armas, y los preocupados viajeros sienten que su globo se eleva.

Sin embargo, al poco tiempo descubren que el globo se acerca una vez más de forma peligrosa a la superficie de las olas, así que lanzan al mar los alimentos. Para desdicha, esto también fue solo una solución temporal y la nave amenaza de nuevo bajar los hombres al mar.

Uno de ellos tiene una idea: pueden atar las cuerdas que sostienen la barquilla y sentarse en ellas. Luego sueltan la barquilla que queda debajo de ellos. Al hacerlo, notan cómo el globo se eleva otra vez.A los pocos minutos, divisan tierra. Los cinco saltan al agua y nadan hasta la isla.

Estaban vivos debido a que fueron capaces de discernir la diferencia entre lo que era necesario de verdad y lo que no lo era. Las necesidades que antes pensaban que no podrían vivir son ellas eran las mismas cargas que casi les cuestan la vida.

¿Por qué no hacer una evaluación sincera de las cosas que quizá te frenen hoy?¿Son necesidades físicas o espirituales tuyas o de alguien que amas?¿Cómo sería tu vida sin ellas?

Si las eliminas, ¿dispondrías de más tiempo para las cosas en tu vida que importan de verdad?

Pídele a Dios que te muestre cómo podrías mejorar tu vida si haces algunos cambios y si eliminas algunas cosas que te agobian.No es suficiente estar ocupado...La preguntas es ¿en qué estamos ocupados?

Hebreos 12:1Despojémonos de todo peso y del pecado que nos asedia.

Fuente: Momentos de Quietud con Dios, Henry David Thoreau,Editorial UNILIT

viernes, 21 de noviembre de 2008

Comparte lo que tienes, eso agrada a Dios.


Valiosos para Dios


¡¡Somos valiosos para Dios!! ¡¡Somos sus hijos, su precioso tesoro y posesión!!Nuestro valor no depende de lo que otros piensan de nosotros o de lo que nosotros pensamos de nosotros mismos.

La manera como Dios nos ve determina nuestro valor.

Hay un ejemplo que leí en un libro y ejemplifica esta realidad: “Una persona ajena a las artes puede tirar una obra de arte a la basura. ¿Eso haría que la obra carezca de valor? En absoluto. El verdadero valor de la obra está dado por la observación de un coleccionista de arte que dice: Esta es una obra invaluable y estoy dispuesto a pagar el precio más alto por ella”.

¡¡Para Dios nuestra alma vale más que el mundo entero!! Dios envió a Su Hijo a la cruz por amor a nosotros. Él pagó el alto precio. Dios nos acepta y nos da el especial valor…a través de Su gracia.

“Pero vosotros sois linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido para posesión de Dios , a fin de que anunciéis las virtudes de aquel que os llamó de las tinieblas a su luz admirable;” 1ª Pedro 2:9

Somos especiales para Dios porque:
• Soy la sal de la tierra ( Mateo 5:13)

• Soy la luz del mundo ( Mateo 5:14)

• Soy hija de Dios (Juan 1:12)• Soy parte de la vid verdadera, y un canal de la vida de Cristo (Juan 15 :1,5)

• Soy amiga de Cristo (Juan 15 15)

• Soy coheredera con Cristo, compartiendo Su herencia con El (Romanos 8:17)

• Soy templo —morada— de Dios Su Espíritu y Su vida mora en mi (Gálatas 3:16, 6:19)

• Soy miembro del cuerpo de Cristo (Efesios 5:30)

• Soy una nueva creación (2 Corintios 5 :17)

• Soy un santo (Efesios 1;1, 1 Corintios 1:2, Filipenses 1:1, Colosenses 1:2)

• Soy hechura de Dios —Su obra especial— nacido de nuevo en Cristo para hacer Su o bra (Efesios 2:10).

• Soy ciudadana del cielo. Fil.3:20

• Soy escogida de Dios, santa y amada. Col.3:12

• Soy linaje escogido. 1ªPe.2:9-10

¡Que podamos vivir de acuerdo a todo lo que somos en Cristo, glorificándole con nuestras vidas y mostrando a otros la extraordinaria grandeza de nuestro Dios!

“Pues Dios, que dijo que de las tinieblas resplandecerá la luz, es el que ha resplandecido en nuestros corazones, para iluminación del conocimiento de la gloria de Dios en la faz de Cristo.

Pero tenemos este tesoro en vasos de barro, para que la extraordinaria grandeza del poder sea de Dios y no de nosotros.” 2ª Co. 4:6-7

Autor: Alejandra L.
Equipo de colaboradores del Portal de la Iglesia Latinahttp://www.iglesialatina.org/

El necesitaba un hijo


La enfermera acompañó a un joven cansado y ansioso hasta la cama de un hombre mayor. Su hijo está aquí, le susurró al paciente.

Tuvo que repetir esas palabras varias veces antes que los ojos del paciente se abrieran. Estaba bajo los efectos de un fuerte sedante debido al dolor por su ataque al corazón, y veía confusamente al joven parado en el exterior de su carpa de oxígeno.Extendió su mano y el joven la tomó firmemente con las suyas, transmitiéndole un mensaje de aliento. La enfermera trajo una silla al lado de la cama.

Toda la noche el joven estuvo sentado sosteniendo la mano del anciano y dándole suaves palabras de esperanza. El moribundo no decía nada y mientras se sostenía firmemente de su hijo.Al acercarse la madrugada, el paciente murió.

El joven puso sobre la cama la mano sin vida que había estado sosteniendo y fue a notificar a la enfermera.

El joven esperó, mientras la enfermera hacía lo necesario. Cuando concluyó su tarea, la enfermera comenzó a prodigar palabras de consuelo al joven. Pero él la interrumpió.-¿Qué era ese hombre?, le preguntó.-Yo creí que era su padre, contestó la sorprendida enfermera.-No, no era mi padre, contestó él, nunca antes lo había visto.

-¿Por qué, entonces, no me dijo nada usted cuando lo llevé hasta él?, le preguntó la enfermera.-Él replicó, Yo también sabía que él necesitaba a su hijo, y su hijo no estaba aquí. Cuando me di cuenta que estaba demasiado enfermo como para distinguir si yo era o no su hijo, comprendí cuánto me necesitaba.

Colosenses 3:12 -15
12. Por tanto, como escogidos de Dios, santos y amados, vestíos de profunda compasión, de benignidad, de humildad, de mansedumbre y de paciencia,13. soportándoos los unos a los otros y perdonándonos los unos a los otros, cuando alguien tenga queja del otro. De la manera que el Señor os perdonó, así también hacedlo vosotros.14. Pero sobre todas estas cosas, vestíos de amor, que es el vínculo perfecto.15. Y la paz de Cristo gobierne en vuestros corazones, pues a ella fuisteis llamados en un solo cuerpo; y sed agradecidos.

Fuente: Aguas Refrescantes
Editorial UNILIT

martes, 11 de noviembre de 2008

No te angusties, confía en Dios.


La paz interior


Por nada estéis afanosos,sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego,con acción de gracias. Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento,guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús.

Filipenses 4:6-7


El rey Herodes acababa de dar órdenes para matar a Jacobo por la sencilla razón de que éste era cristiano (Hechos 12:1-19).


La multitud apreciaba esta clase de espectáculo, y para hacerse aún más popular, Herodes decidió entregar también al apóstol Pedro. Se proponía hacer de ello una fiesta al día siguiente. Mientras tanto encarceló a Pedro y mandó que fuese encadenado y custodiado por cuatro grupos de cuatro soldados.


Pedro sabía lo que le esperaba: los sufrimientos y la muerte. Habría podido estar inquieto y vivir esta última noche en la angustia. ¡Pero no, durmió apaciblemente! Confiaba en Dios, quien le llenaba de su paz. Si debía sufrir el martirio, sabía que el Señor lo sostendría y le daría fuerzas para glorificarle.


¿Tendríamos la misma tranquilidad de espíritu si tuviésemos que atravesar persecuciones?


La paz divina está al alcance de todo creyente, porque tiene su fuente en Dios, quien sabe mejor lo que nos conviene y hace converger todas las circunstancias para nuestro bien.


Durante ese tiempo los cristianos de la ciudad oraban incesantemente por él. Y el Señor envió a su ángel para liberar al prisionero, abriéndole las pesadas puertas de la cárcel. Pero, ¿no era una manifestación aún más extraordinaria del poder de Dios que Pedro pudiera dormir apaciblemente aquella noche?


"La paz les dejo; mi paz les doy. Yo no se la doy a ustedes como la da el mundo. No se angustien ni se acobarden."

Juan 14-27


Amén


martes, 4 de noviembre de 2008

Hoy…Enfrentaré penalidades como buen soldado


“ Tú, pues, sufre penalidades como buen soldado de Jesucristo”

2 Tim 2:3


Hoy, quiero vivir, ser y actuar como un buen soldado de Jesucristo.

El requerimiento de un comandante a su soldado es la rendición total de su voluntad. Otras cosas serán irrelevantes. La disposición de su tiempo, de sus deberes y sus responsabilidades están enteramente en las manos de su comandante .

Si Cristo tiene mi voluntad hoy, el también tendrá mi cuerpo, mi mente, mis fuerzas, mis ambiciones, mis inclinaciones, mis actitudes y en fin…él lo tendrá todo. Hoy no puedo negarle mi voluntad a Jesús, porque si le niego mi voluntad entonces me reservaré muchas cosas para mi mismo.

La voluntad es la llave. Cuando soy tentado está en la voluntad si obtendré la victoria o la perderé.

La tentación me da alternativas. Yo puedo someterme a la tentación y perder o resistir y ganar. Jesús me da el poder para resistir hoy. Cristo me capacita y me fortalece, porque él ya lo ha prometido. Yo necesito por lo tanto decidir diariamente, cada hora y cada momento si someto mi voluntad al Señor.

La decisión es instantánea, pero los resultados son eternos. Mi esperanza hoy, está basada en dos acciones divinas. “Dios es quien produce tanto el querer como el hacer por su buena voluntad”

Cuando rindo mi voluntad en las manos del Señor, entonces puedo empezar a comprender su Voluntad que es buena, agradable y perfecta. Es imposible hacer la voluntad del Señor, si no he aprendido a rendir mi voluntad en sus manos. El soldado no tiene derecho de decir lo que él va hacer o quiere hacer…pues toda su vida en la milicia está rendida a la voluntad del comandante.

Oh, Cuanto más en la vida cristiana descubrimos que es más placentero vivir rindiéndole mi voluntad al Señor, porque entonces su voluntad se torna visible y ella es por demás buena y perfecta.

Es cierto que a veces no logro entender por un momento la voluntad de Dios, así como el soldado no siempre entiende la voluntad de su comandante, pero cuando hay obediencia y sumisión de pronto en el momento menos esperado una luz me ilumina y me enseña como es la voluntad de Dios.

Señor: De que sirve reservar mi voluntad para mi mismo en este día e ignorar la tuya. Esa voluntad tuya es buena, agradable y perfecta. Quizá no siempre la entienda…pero en un momento me la enseñaras.

Hoy, no quiero vivir mi voluntad y caminar por mi camino. Hoy, deseo ser fiel a ti. Como buen soldado de Jesucristo rendir mi voluntad, lo cual a veces implicará sufrir penalidades, pero esas penalidades son el producto de nuestra voluntad que se resiste a someter y a vivir en obediencia.

Gracias Señor. Amen.
Serafín Contreras Galeano

Practica la verdad


lunes, 3 de noviembre de 2008

Sólo queda orar


Entonces clamaron al Señor en su angustia, y los libró de sus aflicciones.
Salmo 107:6


Buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas.
Mateo 6:33


En un restaurante dos ejecutivos hablaban sobre los graves problemas que sacudían a su sociedad. Durante la comida examinaron todas las soluciones posibles y propias para resolver sus dificultades. Mientras tomaba su café, uno de ellos concluyó un poco irónicamente:–Si todo esto no sirve, sólo nos queda orar.


A menudo la oración es considerada como el último recurso. Pero, al contrario, es por ella que deberíamos empezar con seriedad y confianza. Ninguno de nuestros problemas es demasiado pequeño o grande para Dios.


Fácilmente creemos poder hacer frente solos a las dificultades que se nos presentan. Entonces movilizamos todos los recursos que tenemos a nuestra disposición para superar el obstáculo. Pero, ¿es la manera adecuada de hacerlo? Dios permite que tengamos pruebas para que confiemos cada vez más en él.


Hay un campo donde somos totalmente incompetentes, es el de la salvación de nuestras almas. No tratemos de debatirnos procurando hallar soluciones en nosotros mismos, en nuestro entorno e incluso en la religión.


Dirijámonos a Dios, dándonos cuenta de que el problema nos supera. El mal que origina todos los problemas de la humanidad no excede a Aquel que vino a sufrir y morir en una cruz para perdonarnos. Si ponemos nuestra confianza en Jesucristo, el problema básico de nuestra vida será solucionado para siempre.


© Editorial La Buena Semilla, 1166 PERROY (Suiza)http://labuenasemilla.net/