martes, 23 de febrero de 2010

Respuestas claras

Así ha dicho el Señor: He aquí pongo delante de vosotros camino de vida y camino de muerte.
Jeremías 21:8


Os he puesto delante la vida y la muerte, la bendición y la maldición; escoge, pues, la vida, para que vivas.
Deuteronomio 30:19

Existen preguntas insolubles para la inteligencia humana, las cuales sin embargo tienen una importancia capital. Sólo Dios puede contestarlas, y lo hace en su Palabra. Aquí están dos ejemplos:

1° ¿Cómo pueden los seres humanos, siendo todos pecadores y merecedores de una justa condenación, ser perdonados de manera que estén en paz con el Dios santo?– Creyendo en Jesús, quien hizo “la paz mediante la sangre de su cruz” (Colosenses 1:20).

2° ¿Qué ocurre después de la muerte?– Sólo Dios puede responder, y lo hace. La Escritura distingue dos clases de hombres: los que han creído en Jesucristo y los que permanecen incrédulos; ahí reside toda la diferencia, que es capital, por cierto.

El alma de los primeros se va junto a Jesús, en el reposo, mientras espera la resurrección de vida. Para los demás, por desgracia, no hay más esperanza de salvación, sino la trágica certeza de una eterna condenación (Lucas 16:25-26).Algunos quisieran tener más detalles, más variedad en las opciones ofrecidas.

Pero Dios es soberano, y ningún pensador o filósofo le impondrá su sistema. Él reveló esto porque es el Dios Salvador que nos ama y nos llama a escoger “la vida”, creyendo en Jesucristo. Tal es el amor de Dios: “El que cree en el Hijo tiene vida eterna” (Juan 3:36).

Fuente:LaBuenaSemilla.net

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