Es, pues, la fe la certeza de lo que se espera,la convicción de lo que no se ve.
El justo vivirá por fe.
Hebreos 11:1; 10:38.
“Yo sé”, o “sabemos”, son expresiones claves de la fe. Ésta es una convicción fundada no en una demostración de la mente humana, sino en las declaraciones de la palabra de Dios, la Biblia.
Abarca tres aspectos:
• El pasado: Sabemos que todas las cosas, las visibles y las invisibles, fueron creadas por la palabra de Dios. A causa de la desobediencia del hombre, el pecado entró en el mundo, y por él el sufrimiento y la muerte. Pero desde la eternidad pasada, Dios tenía ante sí a su Hijo, Jesucristo, quien, mediante su obra en la cruz salvaría a todos los que creen en ella.
• El presente: “Yo sé a quién he creído”, puede decir el creyente (2 Timoteo 1:12). La Palabra de Dios le da la certeza de ser salvo, pues su salvación está basada en la obra de la cruz. Tiene, pues, la paz. También puede decir: “Sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien” (Romanos 8:28). Las circunstancias de la vida no lo asustan porque sabe que una mano bondadosa está por encima de ellas para velar por su bien presente y eterno.
• El porvenir: “Sabemos que si nuestra morada terrestre… se deshiciere, tenemos de Dios un edificio, una casa… eterna, en los cielos” (2 Corintios 5:1). Así el creyente no siente terror ante la muerte, pues sabe que al dejar esta tierra estará con Cristo (Filipenses 1:23).
Quienes creen la Palabra de Dios son los que poseen estas profundas convicciones.
El justo vivirá por fe.
Hebreos 11:1; 10:38.
“Yo sé”, o “sabemos”, son expresiones claves de la fe. Ésta es una convicción fundada no en una demostración de la mente humana, sino en las declaraciones de la palabra de Dios, la Biblia.
Abarca tres aspectos:
• El pasado: Sabemos que todas las cosas, las visibles y las invisibles, fueron creadas por la palabra de Dios. A causa de la desobediencia del hombre, el pecado entró en el mundo, y por él el sufrimiento y la muerte. Pero desde la eternidad pasada, Dios tenía ante sí a su Hijo, Jesucristo, quien, mediante su obra en la cruz salvaría a todos los que creen en ella.
• El presente: “Yo sé a quién he creído”, puede decir el creyente (2 Timoteo 1:12). La Palabra de Dios le da la certeza de ser salvo, pues su salvación está basada en la obra de la cruz. Tiene, pues, la paz. También puede decir: “Sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien” (Romanos 8:28). Las circunstancias de la vida no lo asustan porque sabe que una mano bondadosa está por encima de ellas para velar por su bien presente y eterno.
• El porvenir: “Sabemos que si nuestra morada terrestre… se deshiciere, tenemos de Dios un edificio, una casa… eterna, en los cielos” (2 Corintios 5:1). Así el creyente no siente terror ante la muerte, pues sabe que al dejar esta tierra estará con Cristo (Filipenses 1:23).
Quienes creen la Palabra de Dios son los que poseen estas profundas convicciones.
Fuente:LaBuenaSemilla.net
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