Como (Jesús) había amado a los suyos que estaban en el mundo,
los amó hasta el fin.
Juan 13:1.
El amor del Señor Jesús por los suyos está presentado de diferentes maneras en la Biblia:
a) El amor por cada creyente individualmente: “El Hijo de Dios… me amó y se entregó a sí mismo por mí” (Gálatas 2:20).
b) El amor por el conjunto de todos los creyentes: “Cristo nos amó, y se entregó a sí mismo por nosotros” (Efesios 5:2).
c) El amor por nosotros como unidad, es decir, como Iglesia: “Cristo amó a la iglesia, y se entregó a sí mismo por ella” (Efesios 5:25).
¡Cuánto nos amó, al punto de dar su vida por nosotros! Esto significa que tuvo que dejar la gloria del cielo y humillarse profundamente.
El Creador de todo vino como hombre a esta tierra. Sin embargo, no había lugar para él, de manera que tuvo que nacer fuera del mesón y ser acostado en un pesebre.
Vivió con sus padres humanos en la despreciada ciudad de Nazaret, en donde ejerció el oficio de carpintero, llevando una vida muy humilde.
Más o menos a la edad de treinta y tres años se dirigió hacia la cruz para morir por nosotros. Mientras estaba colgado allí, soportando terribles dolores, tuvo que cargar con nuestro estado pecaminoso. Jesús fue hecho pecado y por esa razón fue juzgado por Dios, quien aborrece el pecado. Él recibió el castigo por cada uno de nuestros pecados y murió por nosotros.
¡Qué amor tuvo aquel que estuvo dispuesto a pagar ese precio!
los amó hasta el fin.
Juan 13:1.
El amor del Señor Jesús por los suyos está presentado de diferentes maneras en la Biblia:
a) El amor por cada creyente individualmente: “El Hijo de Dios… me amó y se entregó a sí mismo por mí” (Gálatas 2:20).
b) El amor por el conjunto de todos los creyentes: “Cristo nos amó, y se entregó a sí mismo por nosotros” (Efesios 5:2).
c) El amor por nosotros como unidad, es decir, como Iglesia: “Cristo amó a la iglesia, y se entregó a sí mismo por ella” (Efesios 5:25).
¡Cuánto nos amó, al punto de dar su vida por nosotros! Esto significa que tuvo que dejar la gloria del cielo y humillarse profundamente.
El Creador de todo vino como hombre a esta tierra. Sin embargo, no había lugar para él, de manera que tuvo que nacer fuera del mesón y ser acostado en un pesebre.
Vivió con sus padres humanos en la despreciada ciudad de Nazaret, en donde ejerció el oficio de carpintero, llevando una vida muy humilde.
Más o menos a la edad de treinta y tres años se dirigió hacia la cruz para morir por nosotros. Mientras estaba colgado allí, soportando terribles dolores, tuvo que cargar con nuestro estado pecaminoso. Jesús fue hecho pecado y por esa razón fue juzgado por Dios, quien aborrece el pecado. Él recibió el castigo por cada uno de nuestros pecados y murió por nosotros.
¡Qué amor tuvo aquel que estuvo dispuesto a pagar ese precio!
Fuente:LaBuenaSemilla.net
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