martes, 14 de junio de 2011

«A estas Palabras no se las lleva el viento»



El cielo y la tierra pasarán,pero mis palabras no pasarán.
Mateo 24:35.

La palabra del Señor permanece para siempre.
1 Pedro 1:25.

Bienaventurados los que oyen la palabra de Dios,y la guardan.
Lucas 11:28.

Esta expresión alude a que toda decisión o palabra importante debe estar escrita para recordarla o autentificar su fuente, como garantía en cierto modo.

Así, Dios se dirigió a los hombres por escrito. También suscitó escritores a quienes inspiró su Palabra: “Santos hombres de Dios hablaron siendo inspirados por el Espíritu Santo” (2 Pedro 1:21). “Moisés escribió todas las palabras del Señor” (Éxodo 24:4). “Escribió Josué estas palabras en el libro” (Josué 24:26). Samuel, Isaías, Jeremías, Daniel, los evangelistas, el apóstol Pablo y otros escucharon cuidadosamente las palabras de Dios y las transcribieron en un libro que nos llegó a través de los siglos.

Este libro es la Biblia, llamada “las Escrituras” o “la Palabra de Dios”. Siempre está de actualidad y aún responde a las necesidades de cada ser humano. Es una Palabra “viva y eficaz, y más cortante que toda espada…” (Hebreos 4:12).

Muchas profecías de este libro ya se cumplieron. Otras están por cumplirse, por ejemplo: “Vendrá hora cuando todos los que están en los sepulcros oirán su voz; y los que hicieron lo bueno, saldrán a resurrección de vida; mas los que hicieron lo malo, a resurrección de condenación” (Juan 5:28-29). Para obtener esa vida eterna, es decir, estar en el paraíso con Jesús, es necesario creer el mensaje que Dios nos transmitió en Su Palabra.

Fuente:LaBuenaSemilla.net

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