miércoles, 1 de diciembre de 2010

“¡Hombre de Poca Fe!”

Al momento Jesús, extendiendo la mano, asió de él, y le dijo:
¡Hombre de poca fe! ¿Por qué dudaste?
Mateo 14:31

Cristianos, reconozcamos que a menudo merecemos ese reproche lleno de amor que Jesús dirigió a Pedro, cuando empezaba a hundirse en el mar. El viento agresivo de la prueba a veces nos desestabiliza. En tales momentos, recordemos cuatro verdades esenciales:

En primer lugar el Señor resucitado promete a los suyos: “He aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo” (Mateo 28:20). En ese “todos los días” están incluidos los días de prueba.

En segundo lugar, está escrito: “A los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien” (Romanos 8:28). Algunas nos hacen llorar, pero también nos ayudan.

En tercer lugar dice: “Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias” (Filipenses 4:6). Ninguna necesidad está, pues, excluida de los temas que podemos llevar al Señor. Quizás él no responda inmediatamente, como lo desearíamos, pero podemos estar seguros de que lo hará a su tiempo y a su manera; mientras tanto, la paz de Dios llenará nuestro corazón.

Por último, recordemos que él es el “Dios de toda consolación, el cual nos consuela en todas nuestras tribulaciones” (2 Corintios 1:3-4). Frente a nuestras penas, los consuelos del Señor siempre sobrepasarán nuestras espectativas.

“Sometida a prueba vuestra fe… sea hallada en alabanza, gloria y honra cuando sea manifestado Jesucristo” (1 Pedro 1:7).

Fuente:LaBuenaSemilla.net

1 comentario:

Rodrigo M dijo...

Es verdad que hay poca fe, de hecho Jesus se pregunta en un pasaje si a su regreso encontrará fe sobre la tierra. Tambien al final de marcos dice que el que cree podra sanar enfermos.
Pero que vemos hoy, muchos predicadores y sacerdotes, pero no hay sanaciones, solo hablan de la boca para afuera, pero no creen, tienen la mente llena de dudas y la duda mata la fe.
Un dia mi hijo pequeños estaba tociendo, era tanto que me desperto por la noche. Entonces pense que si pedia que se fuera la toz en el nombre de Jesus sanaria, me acerque, puse mi mano sobre mi hijo y pedi eso, pero no paso nada y la toz siguio. Pero una pequeña duda habia entrado en mi, una pequeña posibilidad que nada ocurra, pero gracias a Jesus pude ver que habia dudado y me dije "no puedo dudar", entonces volvi a poner mi mano, lleno de fe en Jesus y dije "en el nombre de Jesus que se vaya la toz" y mi hijo dejo de tocer en ese instante y quedo sano.
Eso es la fe, creer sin duda alguna, vencer los pensamientos que te dicen lo contrario y eso es poder de Dios.

Saludos