viernes, 24 de octubre de 2008

La mejor receta de belleza


El corazón alegre se refleja en el rostro, el corazón dolido deprime el espíritu.
Proverbios 15:13


Solo en Dios puede descansar el alma y ser feliz, y esta es una de las catacterísticas de la vida cristiana porque "el gozo del Señor es nuestra fortaleza". No es que ya no tengamos problemas, sino que con su ayuda podremos hecerle frente a todas las contrariedades de nuestro diario quehacer y, descansando en él y sus promesas, tener un corazón alegre.


Es evidente que el tener sentimientos negativos o ideas perturbadoras, descompone el rostro de una persona y no le permite desarrollar una personalidad atractiva. Igual sucede con los pensamientos positivos: van dejando huella maravillosa en el rostro de quienes los poseen.


Una persona sana de espíritu posee un caudal de alegría que irradía espontáneamente y que la hace atractiva.


Dios quiere que seamos felices, que tengamos vida y vida en abundancia, que disfrutemos de una existencia llena de significado, no como resultado de escapar o evadir las responsabilidades, sino mediante la fe en nuestro Padre celestial que tiene cuidado de nosotros.


La alegría genuina, el verdadero gozo que embellece el rostro, no es fruto de circunstancias, ni depende de cosas materiales, sino de nuestra relación con Dios. La felicidad viene al sentir que estamos haciendo su voluntad.


Si somos hijos de Dios, si su Espíritu mora en nosotros, tendremos un rostro apacible y atractivo porque el fruto del Espíritu es amor, paz, paciencia, amabilidad, mansedumbre y templanza.


Equipo de colaboradores del Portal de la Iglesia Latinahttp://www.iglesialatina.org/

Enviado por: Taty

No hay comentarios: