miércoles, 15 de octubre de 2008

¡Perdí la fe!


De tal manera amó Dios al mundo,que ha dado a su Hijo unigénito,para que todo aquel que en él cree,no se pierda, mas tenga vida eterna.

Juan 3:16.


A veces se oye esta expresión en boca de personas que recibieron una educación religiosa y que al llegar a la vida adulta abandonaron todas estas enseñanzas.


Tal vez responsabilicen a ciertos conductores religiosos que les dieron una deplorable imagen del cristianismo. En algunas ocasiones la gente lo dice con un poco de nostalgia, como si se dieran cuenta de que han dejado de lado algo importante.


¿Qué fe puede perderse? Si se trata de una adhesión intelectual o sentimental, efectivamente se puede renunciar a ella como se anula un pedido hecho a un comerciante.


Pero un verdadero cristiano es una persona en quien Dios hizo nacer una profunda convicción. Más aun, la hizo nacer a una nueva vida.


Dios declara que esta vida es eterna. Por definición, esta vida no podría ser eterna si pudiera perderse o interrumpirse.


Jesús vino a la tierra para comunicarnos esa vida divina. Él mismo declaró respecto a los que la recibieron: “Mis ovejas oyen mi voz… nadie las arrebatará de mi mano” (Juan 10:27-28). “Dios nos ha dado vida eterna; y esta vida está en su Hijo” (1 Juan 5:11).


Por el arrepentimiento y la fe en Jesús se entra en posesión de esa vida eterna que nadie nos puede quitar. Y esa fe no se puede perder ¡si nunca se ha recibido!.


Solo aquellos que recibiron Fe por medio del Espíritu Santo y que se alimentan con la Palabra de Dios podrán mantenerla. ¿Como anda tu Fe?, ¿te alimentas de la Palabra?, ¿con que frecuencia oras?.


Tu guardarás en completa paz a aquel cuyo pensamiento en ti persevera; porque en ti ha confiado.
Isaías 26:3


Fuente: La Buena Semilla

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