miércoles, 20 de agosto de 2008

Ten compasión en tú corazón


¿Qué es la compasión?

La Real Academia de la Lengua Española dice:
Sentimiento de conmiseración y lástima que se tiene hacia quienes sufren penalidades o desgracias.

Personalmente yo prefiero pensar en: Benignidad, Bondad, Misericordia, Piedad.

Marcos 6:34
34 Cuando Jesús desembarcó y vio tanta gente, tuvo compasión de ellos, porque eran como ovejas sin pastor. Así que comenzó a enseñarles muchas cosas.

Mateo 14:14
14 Cuando Jesús desembarcó y vio a tanta gente, tuvo compasión de ellos y sanó a los que estaban enfermos.

Mateo 15:32
32 Jesús llamó a sus discípulos y les dijo:
—Siento compasión de esta gente porque ya llevan tres días conmigo y no tienen nada que comer. No quiero despedirlos sin comer, no sea que se desmayen por el camino.

Me parece que para Jesús las palabras misericordia, bondad, compasión, piedad, etc., eran sinónimos de una palabra aun más importante: amor.

Esa es la enseñanza que Dios nos trae por medio de este estudio, El quiere que todos despertemos a un estado pleno de amor hacia nuestro prójimo, un amor que haga que sintamos compasión por los demás.

Dios quiere que pongamos atención en cada persona que se atraviesa por nuestro camino, porque cualquiera de ellas puede estar necesitado de “algo” y ese algo quizá Dios ya lo puso en nuestras manos y está esperando que se lo demos a “alguien” que lo está esperando con suma urgencia.

Compasión es sentir lo que la otra persona siente, tener cuidado de alguien, sentir empatía por alguien, es decir, ponerse en los zapatos de los demás.

Es llegar a sentir la pena que el otro está sintiendo o la necesidad que nuestro prójimo tiene y que necesita ser llenada.

El autor también menciona que es algo así como “vemos a una persona desanimada y sentimos a su vez ese desánimo”. Entonces una vez que sentimos o percibimos o de plano salta a la vista lo que al otro le pasa, tomamos cartas en el asunto y hacemos todo lo posible por ayudarlo a salir adelante.

Pero se trata de hacerlo de verdad y con un corazón sincero, buscando la manera real de ayudarlo, no solo de seguir un “protocolo de consuelo”. Por ejemplo si vemos que alguien no tiene para comer o para comprar unas medicinas que necesita con urgencia, no deberíamos de limitarnos a decirle: Se muy bien como te sientes, ten Fe y espera en el Señor. Está muy bien sentir lo que el otro siente y darle ánimo, pero si está en nosotros el ser el canal para que esa persona coma ese día o que pueda curarse, pues no se limiten y pongan manos a la obra.

Proverbios 22:9
9 El que es generoso será bendecido, pues comparte su comida con los pobres.

1 Juan 3:17-18
17 Si alguien que posee bienes materiales ve que su hermano está pasando necesidad, y no tiene compasión de él, ¿cómo se puede decir que el amor de Dios habita en él?18 Queridos hijos, no amemos de palabra ni de labios para afuera, sino con hechos y de verdad.

Dios nos pide que pasemos siempre de los pensamientos a los hechos, no podemos ser solo espectadores, tenemos que actuar de acuerdo a las posibilidades que previamente el Señor nos ha concedido.

El mundo está lleno de gente con necesidad y nosotros podemos hacer nuestra parte para hacer de este mundo un mundo mejor. En muchas ocasiones pensamos que es imposible que nosotros logremos cambiar al mundo, que es imposible que solucionemos el hambre del mundo o la enfermedad o la injusticia, etc., pero sí tenemos la posibilidad de ayudar cuando menos a unas cuantas personas, en algún momento de su vida y eso puede marcar una gran diferencia hacia familias completas.

Quizá algún día demos un consuelo a un padre o madre que están desesperados por no poder comprar la medicina de sus hijos, ¿Qué cosa es capaz de hacer un padre desesperado, qué consecuencia puede haber en su vida y la de toda su familia?

Lucas 6:34-36
34 ¿Y qué mérito tienen ustedes al dar prestado a quienes pueden corresponderles? Aun los pecadores se prestan entre sí, esperando recibir el mismo trato.35 Ustedes, por el contrario, amen a sus enemigos, háganles bien y denles prestado sin esperar nada a cambio. Así tendrán una gran recompensa y serán hijos del Altísimo, porque él es bondadoso con los ingratos y malvados.36 Sean compasivos, así como su Padre es compasivo.

Dios nos pide que ayudemos a todo el que podamos ayudar, en especial a la familia, tanto la sanguínea, como la espiritual. Pero no se pongan límites, pues si en verdad sienten a Cristo en su corazón, entonces puede ser que algún día Dios les ponga frente a frente con alguien que en el pasado los lastimó u ofendió, Dios esperará que cumplan con su acto de compasión y bondad, El espera que por el amor que le tenemos a Cristo, ayudemos a quién El nos indique; en su obediencia les aseguro que los va aprobar el Señor.

Cuando Dios nos regala un nuevo corazón, espera que ejercitemos en todo momento el amor y compasión hacia los demás. El nos estará presentando muchas oportunidades de trascender en la vida de muchas personas, más de las que podemos darnos cuenta. Para ayudar a alguien a veces ni siquiera necesitamos conocerlo. ¿Nunca han ayudado al Teletón o a alguna asociación que ayuda a los que menos tienen?, es posible que nunca conozcamos a esa persona para quién irá dirigido nuestro apoyo, pero eso no importa, lo importante es que Dios ha visto que obramos con un corazón sincero y piadoso, un corazón que siente compasión por los demás.

Proverbios 14:21
21 Es un pecado despreciar al prójimo; ¡dichoso el que se compadece de los pobres!

Proverbios 19:17
17 Servir al pobre es hacerle un préstamo al Señor; Dios pagará esas buenas acciones.

Mateo 5:7
7 Dichosos los compasivos, porque serán tratados con compasión.

Jesús siempre encontró el tiempo necesario para ayudar a los demás, aunque en ese tiempo los viajes eran más complicados que ahora El siempre actuó para dar consuelo al necesitado:

Mateo 9:27-29
27 Al irse Jesús de allí, dos ciegos lo siguieron, gritándole: —¡Ten compasión de nosotros, Hijo de David!
28 Cuando entró en la casa, se le acercaron los ciegos, y él les preguntó: ¿Creen que puedo sanarlos?
Sí, Señor le respondieron. 29 Entonces les tocó los ojos y les dijo: —Se hará con ustedes conforme a su fe.

Yo les aseguro que si abren bien sus ojos y sus oídos, que si le piden al Señor que les de sabiduría para reconocer al que se haya en necesidad, Dios les dará la oportunidad de ayudar a muchas personas, con esto ustedes ganan más, porque “más bienaventurado es dar que recibir”. ¿Saben porque les digo que pidan la sabiduría de Dios para saber a quien deben ayudar?

Santiago 3:17
17 En cambio, la sabiduría que desciende del cielo es ante todo pura, y además pacífica, bondadosa, dócil, llena de compasión y de buenos frutos, imparcial y sincera.

Cuando vemos a alguien con problemas no siempre se trata de cuestiones de dinero, en ocasiones hay gente que vive en soledad o gente que carece de amor o gente que necesita una orientación en un problema profesional o laboral, en ocasiones solo necesitan de alguien que los escuche para sentirse parte de este mundo y que a alguien le importan.

Aprendamos a escuchar a los demás, pero escuchemos con todo el cuerpo, es decir busquemos lo que la gente nos quiere decir no solo con palabras, sino con su actitud en general, con la sabiduría que nos de Dios podremos encontrar la manera de ayudar a esa persona.

Romanos 12:6-8
6 Tenemos dones diferentes, según la gracia que se nos ha dado. Si el don de alguien es el de profecía, que lo use en proporción con su fe;7 si es el de prestar un servicio, que lo preste; si es el de enseñar, que enseñe;8 si es el de animar a otros, que los anime; si es el de socorrer a los necesitados, que dé con generosidad; si es el de dirigir, que dirija con esmero; si es el de mostrar compasión, que lo haga con alegría

Todos tenemos diferentes dones y gracias que Dios nos ha concedido, hagamos el mejor uso posible de ellas y ayudemos alegremente a los demás, vamos a practicar la compasión, la misericordia, la piedad y la bondad, como ya les dije todas ellas convergen en el amor a Dios ya nuestro prójimo.

1 Pedro 3:8
8 En fin, vivan en armonía los unos con los otros; compartan penas y alegrías, practiquen el amor fraternal, sean compasivos y humildes.9 No devuelvan mal por mal ni insulto por insulto; más bien, bendigan, porque para esto fueron llamados, para heredar una bendición.

2 Juan 1:5-6
5 Y ahora, hermanos, les ruego que nos amemos los unos a los otros. Y no es que les esté escribiendo un mandamiento nuevo sino el que hemos tenido desde el principio.6 En esto consiste el amor: en que pongamos en práctica sus mandamientos. Y éste es el mandamiento: que vivan en este amor, tal como ustedes lo han escuchado desde el principio.

Dios los ama y El será siempre compasivo y bondadoso con ustedes.

Amén.

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