Cuando Jesús hubo tomado el vinagre, dijo: Consumado es.Y habiendo inclinado la cabeza, entregó el espíritu.
Juan 19:30.
Cristo,habiendo ofrecido una vez para siempre un solo sacrificio por los pecados,se ha sentado a la diestra de Dios… porque con una sola ofrenda hizo perfectos para siempre a los santificados.
Hebreos 10:12-14.
Las tres horas de tinieblas estaban a punto de terminar. En un último gesto de obediencia, Jesús acababa de tomar el vinagre; entonces exclamó: “Consumado es”. Su misión en la tierra llegaba a su fin. Cuando vino, dijo: “He aquí que vengo, oh Dios, para hacer tu voluntad” (Hebreos 10:7). Ahora se terminaba todo lo que el Padre le había encomendado y lo glorificó perfectamente (Juan 17:4).
Cada creyente puede decir: “El Hijo de Dios… se entregó a sí mismo por mí” (Gálatas 2:20). Todo deriva de la cruz: la salvación de cada creyente, la formación de la Iglesia, el acceso al Padre, el futuro establecimiento de “cielos nuevos y tierra nueva, en los cuales mora la justicia” (2 Pedro 3:13).
Esta sexta frase es como la firma que Cristo puso al finalizar el texto que relata lo que ha cumplido. En el original es una sola palabra: «Tetelestai», utilizada antiguamente para indicar que una factura estaba enteramente pagada o una deuda cancelada.
La obra de Jesús en la cruz es perfecta y está acabada: “Sobre aquello no se añadirá, ni de ello se disminuirá” (Eclesiastés 3:14).
Nuestra confianza en cuanto a nuestra eterna salvación no puede descansar en nuestras obras o méritos, ni en lo que provenga de nosotros mismos, sino únicamente en el sacrificio de Jesucristo.
Fuente: LaBuenaSemilla.net
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