lunes, 20 de julio de 2009

La amistad con el mundo

¿No sabéis que la amistad del mundo es enemistad contra Dios? Cualquiera, pues, que quiera ser amigo del mundo, se constituye enemigo de Dios.
Santiago 4:4


Es necesario leer el capítulo 4 de Génesis para discernir los principios morales de nuestro mundo. Caín mató a su hermano y fue echado de la presencia de Dios. Por el juicio de Dios tuvo que ser “errante y extranjero” en la tierra. Pero él no aceptó esta condición, y construyó una ciudad a la que puso el nombre de su hijo, a fin de perpetuar la grandeza de su familia. Uno de sus descendientes se dedicó a la cría del ganado. Otro inventó instrumentos de música y un tercero creó la artesanía y la industria.

Dicho de otro modo, los hombres formaron su mundo, tratando de hacer su vida agradable sin Dios y de ser felices lejos de Él.

Cuando Cristo vino, el estado moral del hombre fue puesto de relieve. A pesar de la grandeza de la bondad de Dios, el hombre no quiere pensar en Dios para no ser turbado en la búsqueda de los placeres; tampoco quiere someterse a la autoridad de otro, incluso y ante todo a la autoridad divina, llegando así a ser enemigo de Dios. El hombre quiere tener al mundo para sí mismo; lucha para obtener bienes materiales e intenta quitarlos a los que los poseen.

Anhelar ser grande en este mundo o hallar satisfacción en él es olvidar que el mundo no tuvo ninguna estima por el Hijo de Dios y finalmente lo crucificó. Por eso la amistad del mundo es enemistad contra Dios. A pesar de esto, gracias a su muerte, Jesucristo pasó a ser el Salvador de los hombres. ¿Lo ha aceptado usted personalmente?

Fuente:LaBuenaSemilla.net

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