Hechos 17:30
El que encubre sus pecados no prosperará; mas el que los confiesa y se aparta alcanzará misericordia.
Proverbios 28:13
Proverbios 28:13
El verdadero arrepentimiento empieza por reconocer el desorden moral en el cual nos hallamos por naturaleza. Es el despertar de la conciencia que se vuelve a Dios. El ser humano que se arrepiente juzga sinceramente el mal que haya podido hacer, quizá no un pecado particularmente grave, sino el conjunto de una vida en la cual Dios no ha tenido lugar.
En el arrepentimiento se vislumbra la esperanza, hay un llamado más o menos expresado a la misericordia divina que uno percibe.
El arrepentimiento se manifiesta:
– por una tristeza sincera (Salmo 51),
– mediante la confesión, primero a Dios, porque él es el primer ofendido; luego, si conviene, a aquellos a quienes hemos perjudicado;
– apartándose de los pecados confesados.
El creyente guarda en su corazón el recuerdo de las faltas que lo humillan, pero al mismo tiempo se regocija por la gracia inmerecida que le fue otorgada. Así, el arrepentimiento es el primer movimiento hacia un Dios de quien se reconoce la autoridad.
En el verdadero arrepentimiento ya se manifiesta la fe, porque el que confiesa sus pecados tiene la esperanza de obtener el perdón. El arrepentimiento se traduce luego por un cambio completo en la manera de pensar y de vivir. Al aprender a conocer a Dios y al Señor Jesús mediante su Palabra, el arrepentimiento me hace estar plenamente de acuerdo con el juicio de Dios sobre el «yo».
Fuente:LaBuenaSemilla.net
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